Una acusación de violencia doméstica es un asunto serio. Cuando se enfrentan a cargos, es esencial para asegurarse de que entiende exactamente lo que se enfrentan.
Puede que piense que no hay forma de que los cargos se sostengan porque nunca abusó físicamente de la otra persona. Sin embargo, la violencia doméstica es no sólo física. Comprender la definición de violencia doméstica puede serle de gran ayuda a la hora de preparar su defensa.
La violencia doméstica se produce entre dos partes que tienen o han tenido una relación romántica o que viven en el mismo hogar. Implica ejercer control sobre otra persona. Este control puede ser físico, pero también emocional, económico y psicológico.
La violencia doméstica suele incluir determinados comportamientos. Estos pueden ser hacer que la otra persona se sienta asustada, controlar la forma en que la otra persona actúa, se viste o habla, coaccionar a la otra persona para que haga ciertas cosas en contra de su voluntad, causar daño a la otra persona y lesionar a la otra persona física o mentalmente.
La violencia doméstica puede afectar a cualquier persona de cualquier edad. Puede ocurrirle a quienes tienen una buena situación económica o a quienes pasan apuros económicos. Tampoco conoce género.
Los efectos de la violencia doméstica no son sólo para quienes sufren directamente los malos tratos. Todos en la casa pueden sentir las consecuencias. Aunque el maltrato sea solo hacia una persona, puede repercutir negativamente en todos los demás, provocando un maltrato secundario.
La violencia doméstica es más que dañar físicamente a otra persona. Es dañar la vida de otra persona mediante comportamientos manipuladores y abusivos.
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